¿Por qué el término Fachosfera es ofensivo y erróneo?

El término Fachosfera se ha popularizado en los últimos años para referirse al conjunto de medios de comunicación, blogs, redes sociales y personalidades que defienden valores conservadores y tradicionales. El mismo Pedro Sánchez, presidente de España, lo ha utilizado en algunos de sus últimos discursos. Sin embargo, esta palabra no podría ser más ofensiva y errónea, por varias razones.

En primer lugar, el término Fachosfera es una forma de descalificar y ridiculizar a quienes no comparten la ideología progresista, laica y relativista que domina el panorama mediático y político actual. Al usar este término, se pretende asociar a los conservadores con el fascismo, un régimen totalitario y violento que nada tiene que ver con la defensa de la libertad individual y la dignidad humana.

En segundo lugar, el término Fachosfera es una forma de ignorar y negar la diversidad y la pluralidad de opiniones que existen dentro del espectro conservador. No todos los que se consideran conservadores piensan igual, ni tienen los mismos intereses, ni defienden las mismas causas. Hay conservadores liberales, conservadores sociales, conservadores nacionalistas, conservadores monárquicos, etc. Por tanto, no se puede meter a todos en el mismo saco y etiquetarlos con un término peyorativo.

En tercer lugar, el término Fachosfera es una forma de invisibilizar y silenciar la voz de millones de ciudadanos que tienen derecho a expresar sus ideas y valores en el espacio público. Los conservadores no son una minoría marginal, sino una parte importante y legítima de la sociedad. Sus opiniones y propuestas deben ser respetadas y debatidas con argumentos, no con insultos y censuras. Los conservadores no son enemigos, sino conciudadanos que buscan el bien de su país y de su comunidad.

Por todo ello, el término Fachosfera es ofensivo y erróneo, y debería ser rechazado por todos los que creen en la democracia, la tolerancia y el diálogo. Yo, por ejemplo, me considero una persona que comparto muchos de los ideales conservadores. Sin embargo, no me gustaría que me tildaran de facha, ni voy a llamar rojo a aquellas personas que piensen distinto a mí. La pluralidad democrática es necesaria en todo el mundo, especialmente en España, donde la polarización ha provocado la crispación entre sectores de nuestra sociedad.